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Un miedo que se hizo realidad

por Lara Erazún y Natalia Penta

Basado en los testimonios y entrevistas de Jimena Aduriz, la madre de la víctima. 

Ojalá no lo fuera pero es un caso real, le pasó a mi hija. Es un caso que se hizo muy mediático pero eso ayudó a que se visibilicen más los femicidios.
 
10 de Junio de 2013, era lunes. Los lunes siempre eran un poco agitados para toda la familia. Mumi, mi hija, estaba todo el día en la calle y volvía con mucha hambre al igual que mi marido. Ambos trabajábamos, por lo que también pasábamos la mayor parte del día afuera.
Llegué a casa a las 17:30 de la tarde, me encontré con el portero del edificio y me llamó la atención que tuviera un buzo, no hacía tanto frío…
Se me hizo por ver la hora, ya debería haber vuelto Mumi pero por alguna razón todavía no estaba en casa. No había WhatsApp por lo que nos comunicábamos por mensaje de texto, aunque tampoco contestó estos. Llamé a La Cultural pero ya no había nadie, solo la portera quien me prometió averiguar si mi hija había asistido ese día. No tardó mucho, aunque para mí fue una eternidad, me llamó a los pocos minutos y me dijo justamente lo que no quería escuchar, que mi hija no había ido.
No sabía qué hacer: ¿la iba a buscar? ¿Esperaba en mi casa? ¿Llamaba a sus amigas?
Ahí decido llamar a su papá, le cuento que no fue a La Cultural y me dice que habló con la mejor amiga de Mumi.
Yo rezaba por que nos diera buenas noticias, que se fueron al shopping, que le dio fiaca ir, que se olvidó, lo que sea. 
-Me dijo que tampoco fue al colegio.
Mi corazón empezó a latir muchísimo, tan fuerte como una lluvia torrencial, no reaccioné, me quedé en shock.
Luego de un par de minutos mi cerebro se reactiva y no paro de hacerme preguntas, ¿qué había pasado? ¿Por qué Mumi ni siquiera fue al colegio? ¿Estaré siendo exagerada y solamente quiso “ratearse”? No, ella no era así.
Nuevamente me quedé en un vacío, no podía ni siquiera buscar alguna excusa porque todas me parecían absurdas y las alternativas que no quería ver empezaban a ser cada vez más posibles, cada vez sentía que iba por el lado más aterrador.
Mi hija estaba desaparecida.
¿Cómo pudo pasar algo así? Uno ve las noticias donde hay chicas desaparecidas, asesinadas y demás pero nunca llega a imaginarse que le puede pasar a tu propia hija, a tu Mumi.
A estas alturas esa era la única manera de que Mumi no haya ido a todos esos lugares, de que no se haya comunicado conmigo ni haya vuelto a casa, que esté desaparecida.
Desaparecida. Es una palabra fuerte, creo que no hay nada más desesperante, y más para una madre, que la persona que amás esté desaparecida. ¿Dónde está? Está desaparecida pero en algún lugar debe estar, no puedo ni imaginarme cómo la estará pasando. En estos momentos es cuando desearía yo poder ocupar su lugar, uno siempre dice que daría la vida por sus hijos o por las personas que ama y puedo confirmar que es cierto. 
Mi hija estaba desaparecida.
Lo único que yo pensaba es que mientras volvía por La Lugones hacia mi casa mi hija ya estaba desaparecida y quién sabe qué más le habrán hecho. Porque ella no desapareció porque quiso, no se fue con sus amigas, con su novio o quien sea, a ella la desaparecieron. ¿Quién? ¿Por qué? No sé, pero necesito averiguarlo.
Ahora que lo pienso, y me acuerdo de todo lo que ella publicaba en su Facebook y demás, Mumi pedía justicia por Candela Rodriguez, un caso en donde una niña fue secuestrada y encontrada al cabo de un par de días asesinada. ¿Que irónico, no? Mi hija pedía “que no hayan más Candelas” y después pasa esto, desaparece. 
Lo único que espero es que el final para mi Mumi sea distinto, que no sea el triste final que tuvo Candela. Me acuerdo de ver las noticias y ver lo devastada que estaba la madre, no quiero y realmente no sé si puedo atravesar algo así.
Necesito a mi hija ahora, necesito abrazarla y decirle lo mucho que la amo.

 

Al día siguiente su cuerpo fue encontrado en un predio de CEAMSE (La Coordinación Ecológica Área Metropolitana Sociedad del Estado) de José León Suárez, muy lejos de casa, en un tacho de basura, como si lo fuera, así fue descartada mi hija, en un tacho de basura. Cuando la vi ya no era ella, su cara de dolor podía sentirse en carne propia, las marcas que tenía por todo el cuerpo, el cuello lastimado porque así fue como la asesinó, la estranguló. 
Sentía que se me desarmaba el cuerpo, me sentía vacía, aturdida, sentía que estaba en una especie de sueño. No, esa no podía ser mi hija. Lloré, negué y rogué que esa chica a la que se le arrebató todo no fuera mi Mumi. ¿Cómo podía ser? Era una chica mimada, todo el que la conocía me decía que era encantadora, tenía muchos amigos, se llevaba bien con sus hermanos, no entiendo. 
¿Por qué?
Creo que uno de los peores momentos fue cuando me enteré de quién la asesinó. ¿Cómo podía ser que alguien al que le tenías muchísima confianza y viste durante 11 años todos los días hiciera algo así? Alguien que iba a tu casa, alguien que vio crecer a tus hijos, a Mumi. ¿En qué momento se le ocurrió hacer eso? ¿Ya lo tenía pensado? Y lo que más me aturde la cabeza y me hace poner la piel de gallina, ¿yo lo podría haber evitado?
Siento que se me derrumba todo el mundo, siento que no tengo razones para seguir acá, para seguir de pie después de todo lo que pasó, no solo me arrebataron a mi hija sino que además fue alguien al cual yo le tenía confianza.
Sentía que no podía más con mi vida, que ya no tenía sentido pero, vaya uno saber de dónde, saqué todas mis fuerzas e hice todo lo que pude para que quien lo hizo pague. Para que no pueda hacérselo a ninguna mujer más, para que no hayan más Candelas ni más Ángeles.
Es raro, es la primera vez que me refiero a Mumi como Ángeles, creo que siento que Ángeles Rawson es el caso, no mi hija. Hoy voy a luchar para que no haya más angelitos en el cielo, para que esto pare.
El caso se hizo tan conocido que todos los medios de comunicación estaban hablando de eso, uno diría que es algo bueno ya que se hace visible y por ende la justicia actúa más, porque no nos vamos a mentir, la justicia acá no funciona como debería. Volviendo a que los medios de comunicación hablaban de eso todo el tiempo, no creo que fue de lo mejor que nos pasó, en busca de rating los noticieros hacían “su propia investigación”: sacaban conclusiones y buscaban sospechosos donde no los había. Se llegó hasta a dudar de su propia familia, de mí, de mi esposo, de su propio padre. Como si fuese poco que perdemos a nuestra hija encima nos hacen pasar el infierno de ser sospechosos. Por suerte se hizo justicia, por suerte encontraron al culpable.

Jorge Néstor Mangeri, el portero de mi casa, la persona que, como dije antes, vio crecer a mi hija y que nos saludaba todos los días fue el culpable de este terrible acto. Intentó abusar de ella y después la estranguló hasta la muerte. No tengo palabras para expresar lo que siento ahora. Uno de los principales motivos por el cual se lo declaró culpable a Mangeri fue porque Mumi tenía su ADN debajo de las uñas, lo rasguñó. ¿Se acuerdan que les dije que hacía calor para usar un buzo? Ese monstruo usaba eso para tapar las lastimaduras que mi hija, con sus últimos alientos, le hizo. Me miró a los ojos después de haber hecho lo que hizo con mi hija, se declaró inocente muchísimas veces frente al juez. ¿Qué tan enfermo se puede estar?
Lo único que me queda ahora es, como dije antes, seguir luchando por los ideales que llevaba mi hija, seguir luchando para que no hayan más Angelitos ni más Candelas.

Después de todo lo que pasó, y después de haber hecho justicia pude tener realmente el tiempo para pensar.
Sencillamente terrible. Siento más su muerte que mi vida. Le arrebataron todo y de la peor manera posible, ahora ella no está acá conmigo, ya no puedo verla crecer aunque lo deseara. 
¿Venganza? no tengo ese pensamiento en mi cabeza, pero lo único que esperaba era que tuviera la decencia de declararse culpable, pero no, se declaró inocente, lo odié muchísimo. Sin embargo este sentimiento no sirve y solo contamina, por lo que recé para que se me vaya.
Muchos me dicen que mi Mumi era un ángel que vino a hacer su misión y se fue. El último acto de su vida, del cual estoy muy orgullosa aunque no debería haberle sucedido esto, fue proteger su integridad siendo una niña mujer y no dejar que Jorge Mangeri la violara: fue el corolario de lo que fue su vida. 
Puedo honrar su legado y que “no es no”. Logró que él no lo vuelva hacer, se hizo justicia, está preso.

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