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Realidad desconocida. Violencia por el narcotráfico

por Valentín Dawidson

Investigación: La investigación que voy hacer sobre el narcotráfico va a ser específicamente de Colombia (donde más auge hay de esta actividad). Voy a empezar (a partir de lo que busqué) diciendo qué es el narcotráfico y cómo se lleva a cabo en Colombia, uno de los países del mundo más afectado.

El narcotráfico en Colombia se refiere al negocio de las drogas ilícitas de efectos psicotrópicos en Colombia, la producción y distribución de estos productos, así como la evolución histórica de esta actividad económica. El narcotráfico ha tenido directa influencia en la vida política, social y económica del país; también como actor importante del conflicto armado interno, siendo el apoyo económico directo e indirecto tanto de grupos paramilitares (AUC), guerrillas y de la delincuencia organizada (carteles de la droga y Bandas Criminales y grupos armados organizados). Varios dirigentes nacionales han sido acusados de alianzas con grupos de narcotraficantes y/o grupos armados ligados al narcotráfico para ganar poder político y económico.
El uso de la hoja de coca y otras plantas había formado parte del América del Sur, pero la demanda mundial durante las décadas de 1960 y 1970 la producción y procesamiento de éstas en Colombia incrementaron en gran escala. Se implementaron leyes de prohibición en Estados Unidos y en Colombia para sofocar el efecto negativo de las drogas en la sociedad y castigar a quienes las cultivaban, poseyeran, comercializaran o distribuyeran. En Colombia, se acusa a los Cuerpos de Paz de enseñar a los campesinos la fabricación de la cocaína y de involucrarse en el tráfico de marihuana.​
Desde el establecimiento de la guerra contra las drogas, los Estados Unidos y algunos países europeos han proveído al gobierno colombiano ayuda logística y financiera para implementar planes que permitan combatir el tráfico de drogas. El programa más notable ha sido el polémico Plan Colombia, el cual también está destinado a combatir los grupos armados ilegales calificados por estos países como terroristas, entre ellos paramilitares, que en la década de 1980 empezaron a financiarse y a ser conformados por narcotraficantes. En Colombia, la guerra contra el narcotráfico empieza el 30 de abril de 1984, fecha del asesinato del Ministro de Justicia: Rodrigo Lara Bonilla; ordenado por el líder del Cártel de Medellín, Pablo Escobar, entonces suplente en la Cámara de Representantes, y de quién Lara ya venía denunciando sus actividades ilegales a raíz del descubrimiento del complejo cocalero de Tranquilandia el mes anterior, por parte de la policía colombiana; razón suficiente para que el gobierno, presidido por Belisario Betancur, implementara de manera inmediata la Ley de Extradición contra los narcotraficantes firmada en el gobierno de Julio César Turbay, luego de esto promulgó el Estatuto Nacional de Estupefacientes (Ley 30 de 1986), teniendo así una herramienta para combatir la fabricación, tráfico y porte de estupefacientes.
A pesar de estos programas y leyes, Colombia continuó siendo el líder mundial en producción de cocaína con aproximadamente el 70% del total de distribución a nivel mundial y el 90% del procesamiento, según un informe del Departamento de Estado de los Estados Unidos en 2004.

Se dice que el narcotráfico nació en Sinaloa (México) donde se empezó a cultivar el opio traído desde China y luego se empezó a traficar sin fines medicinales.

Ahora pondré lo que busqué sobre los tres principales carteles de droga en Colombia:

¿Cuáles son los principales cárteles de droga en Colombia?

 Colombia es uno de los mayores productores y exportadores de droga de todo el mundo, lo que hace pensar que la cantidad de cárteles que dominan este negocio ilícito es incontable. Sin embargo, actualmente solo quedan tres bandas nacidas de los grandes cárteles colombianos que reinaron en décadas pasadas sobre el negocio de la cocaína.    
Antes del año 2000, los cárteles colombianos dominaban los mercados de cocaína y heroína de Estados Unidos. Sin embargo, este 'prestigioso' puesto fue ocupado posteriormente y hasta el momento por México, ya que solo en Estados Unidos operan siete cárteles del país azteca.    
Colombia actualmente no cuenta con ningún gran cártel de la droga, pero en su historia destacan tres cárteles principales: Cártel de Medellín, Cártel de Cali y Cártel del Norte del Valle. Cuando éstos se fraccionaron, se ocasionaron pequeños grupos que se encargaron del negocio. 
CÁRTEL DE MEDELLÍN.
 El Cártel de Medellín es una de las principales organizaciones que ha operado en el país cafetero. Originada en 1970, la organización tuvo el control y la distribución de los envíos de cocaína hacia Estados Unidos y otros países. Se estima que cerca del 95 por ciento de la cocaína del país estaba controlada por el Cártel de Medellín.    
Su principal líder era Pablo Escobar Gaviria, aunque otros miembros del grupo criminal eran "los hermanos Ochoa": Jorge Luis, Juan David y Fabio Ochoa; Gonzalo Rodríguez Gacha; o Carlos Lehder.    
Llegó a ser una de las estructuras criminales más poderosas entre los años 70 y 80, corrompiendo sectores de la política nacional para favorecer sus ambiciones.
  Con la muerte de Pablo Escobar en 1993, la formación delictiva quedó a la deriva, poniendo fin a uno de los capítulos más sangrientos de la historia colombiana. Sin embargo, el narcotráfico no murió. A pesar de que sus principales cabecillas y lugartenientes murieron y otros fueron detenidos, un grupo de narcotraficantes que sobrevivió a la purga interna de la organización llevó a cabo la reagrupación del cártel de Medellín, a pesar de ser el fin de los grandes cárteles.

CARTEL DE CALI    Santiago de Cali, o Cali como es conocido ampliamente, la capital del departamento del Valle del Cauca, es actualmente uno de los principales centros económicos de Colombia, pero durante la década de los 80 y 90 vivió la época del cártel, una bonanza económica artificial, con inversiones en la construcción, el comercio, los medios de comunicación y los equipos de fútbol.    
El Cártel de Cali estaba encabezado por los hermanos Miguel y Gilberto Rodríguez Orejuela 'El Ajedrecista', José Santacruz Londoño Chepe Santa Cruz, Helmer Herrera Buitrago 'Pacho', Victor Patiño Fómeque 'El Químico' o 'La Fiera', Henry Loaiza Ceballos 'El Alacrán', y Phanor Arizabaleta Arzayuz.

 La fortuna del cártel llegó a alcanzar los 2.000 millones de dólares, controlando buena parte del negocio de la cocaína en Colombia. El año 1986-1987 fue el año de mayor esplendor del Cártel de Cali. Sin embargo, este momento 'perfecto' fue interrumpido por Escobar. Miguel y Gilberto Rodríguez "estaban pensando seriamente en retirarse del narcotráfico, pero tuvimos un pequeño problemita que se llamó Pablo Escobar", indicaba el hijo de Miguel, William Rodríguez en una entrevista a 'BBC Mundo'.


 En 1995 cayó Gilberto Rodríguez Orejuela 'El Ajedrecista' en un operativo planeado y ejecutado por el bloque de Búsqueda en su residencia en Santa Mónica Residencial, en el norte de Cali.    
Tras la caída de 'El Ajedrecista', se dieron en los tres siguientes meses las caídas de su hermano Miguel Ródríguez, Víctor Patiño Fómeque, 'el Químico'; José Santacruz Londoño, 'Chepe'; Henry Loayza Ceballos, 'el Alacrán'; Phanor Arizabaleta Arzayuz, y Juan Carlos Ortiz Escobar, 'Cuchilla'. Y un año después cayó Hélmer Herrera, 'Pacho'.

 A raíz de esto, fue el hijo de Rodríguez el que se hizo cargo del liderazgo político y jurídico de esta organización, tal y como él mismo asegura. Mientras que su padre y su tío cumplen condenas de 30 años de cárcel en Estados Unidos, William Rodríguez negoció con la justicia estadounidense una significativa rebaja en la pena de 20 años que le habían impuesto, así como la posibilidad de permanecer en ese país después de salir de prisión en 2010.


CÁRTEL DEL NORTE DEL VALLE  
 Esta organización se dedicó al tráfico de la cocaína en el Norte del Valle del Cauca, al suroeste de Colombia. Tuvo un especial crecimiento a partir de 1990, con la caída y fragmentación de los Cárteles de Medellín y de Cali.

 Formado por ex miembros del Cártel de Cali, estuvo liderado por los hermanos Orlando, Fernando, Arcángel de Jesús y Lorena Henao Montoya, su esposo Iván Urdinola Grajales, Efraín Hernández Ramírez, Víctor Patiño Fómeque, Juan Carlos Ramírez Abadía, Diego León Montoya Sánchez, Wilber Varela, Luis Alfonso Ocampo Fómeque, Luis Hernando Gómez Bustamante, Andrés López López y Carlos Alberto Oviedo.
 En 1998, con el asesinato de Orlando Henao Montoya, el Cártel del Norte del Valle se dividió en dos facciones, una liderada por Diego Montoya Sánchez y otra bajo el mando de Wilber Varela.

  "El gran cartel se desintegra y nacen muchos carteles. Mandos medios de la organización, escoltas y algunos empleados de confianza de los capos se convierten en Dones", dice Camilo Chaparro en su libro 'Historia del Cartel de Cali'.

 

He aquí un testimonio desgarrador sobre cómo era la vida en el seno del narcotráfico colombiano difundido por la BBC redacción. En los suburbios de Medellín.

Cómo fue vivir en el barrio donde Pablo Escobar conseguía sus sicarios: "Mi hermano me mostraba el arma que usaba en sus “vueltas”

El escritor Gilmer Mesa recibió en 2015 el Premio Nacional de Novela de Colombia por un relato que tituló "La cuadra".
La novela, considerada uno de los testimonios más fidedignos de cómo era la vida de un barrio de Medellín durante los años más conflictivos de la guerra de Pablo Escobar contra el Estado colombiano, se ha convertido en un documento literario necesario para entender una era.
Con motivo de los 25 años de la muerte del capo que se cumplen este 2 de diciembre, Mesa decidió relatar para BBC Mundo cómo fue vivir su niñez y su adolescencia en medio de aquel terrible escenario . En su caso, definido sobre todo por un hecho que marcó su vida para siempre: el asesinato de su hermano mayor Alquívar, quien pertenecía a una banda delincuencial que actuaba en los barrios de la ciudad por aquellos días.
La relación con mi hermano Alquívar era lo más maravilloso del mundo. Creo que él era la persona que más me quería en la vida y yo creo que él era la persona a quien yo más quería en el mundo.
Y su asesinato fue algo que me cambió para siempre.
Nosotros vivíamos en el barrio Aranjuez, ubicado en la comuna Nororiental de Medellín. Vivíamos mi padre, mi madre, mis dos hermanos y mi abuela en una casa muy pobre y pequeña.
Era tan pequeña que mis papás habían acondicionado la sala como un cuarto. En otro cuarto vivían mi abuela y mi hermano menor y, en el que quedaba, mi hermano Alquívar y yo.
La casa era de bahareque, muy pobre. Tenía goteras, pero igual era de una familia que se quería mucho. La familia más cariñosa del mundo. Pequeña, pero que después de la peor tragedia que le pudo pasar, siguió queriéndose mucho.
Para nosotros el barrio, la cuadra, eran nuestro universo. Mis primeros recuerdos de la cuadra son los de un lugar luminoso. Muy cálido. Las calles y las aceras eran como un refugio, porque nosotros fuimos de la generación que se crió en las calles.
Ahí aprendimos todo. Jugábamos a la chucha [un juego infantil de perseguirse unos a otros], la golosa [rayuela] y mucho, pero mucho, al fútbol.
El problema de la sociedad colombiana fue que se 'escobarizó'"
Durante muchos años fue un lugar así, luminoso, feliz. Recuerdo las navidades: durante esa época del año toda la cuadra era como una misma familia. Se cocinaban chicharrones para todo el mundo y uno soñaba con lo que le iba a traer el niño Dios.
También recuerdo el día de los brujos, los Halloween. Todos en la cuadra participaban en eso, los niños salían con sus papás a pedir dulces. Era un gran lugar para vivir.

Miedo
Por supuesto que pasaban cosas. Nos dimos cuenta cuando el barrio comenzó a calentarse, pero no fue por eso que se me despertó el miedo al lugar donde vivía.
Eso ocurrió cuando mi hermano comenzó a meterse con el combo de la esquina. Cuando yo me di cuenta que eso pasaba, que mi hermano iba escalando en la banda, fue cuando comencé a tener miedo todos los días y a todas horas.
Porque nosotros sabíamos que los 'pelaos' de la esquina hacían cosas raras, ya habíamos visto muertos en el barrio. El día que él comenzó a meterse con esa gente, la cosa dejó de ser algo teórico para pasar a convivir con el miedo en la casa.
A mí eso me transformó la visión que tenía del barrio.
Mi hermano y yo éramos confidentes. Y me contaba todo. Compartimos el cuarto, la ropa. Recuerdo que gracias a sus actividades se había comprado una grabadora enorme donde escuchábamos salsa todo el tiempo.
Pero [la casa] fue también el lugar donde me mostró los fierros [armas] que utilizaba en sus actividades. Donde me enteré de lo que estaba haciendo. Porque él, para protegerme, nunca me contaba lo que hacía exactamente, pero yo lo conocía tanto... y además, donde vivíamos era imposible no saberlo.
Escobar fue un tipo nefasto, pero obligó al Estado a que pusiera atención a lo que pasaba en los barrios populares"
Gilmer Mesa, escritor
El barrio Aranjuez era la base de la banda Los Priscos [liderada por los hermanos David Ricardo y Armando Prisco, y desmantelada en 1991], uno de los principales brazos armados de Pablo Escobar en las comunas de Medellín.
Hay algo que me quedó claro de esos años, y es que Pablo Escobar fue un tipo miserable, uno de los tipos más oscuros que tuvo Colombia. Pero sí hizo algo que no hicieron el resto de los bandidos colombianos, que fueron miles: obligó al Estado a que pusiera atención a lo que pasaba en los barrios populares.
A los barrios populares el Estado nunca llegó. Y llegó cuando este 'man' hizo visible los barrios populares. Y por eso, antes de todo este disparate de la guerra y todo lo que ha pasado, los dueños del barrio y de la cuadra eran Los Priscos.
Ellos eran los que resolvían los conflictos familiares y pagaban las fiestas. Ellos eran los dueños.
Venganza
"Mi hermano siempre me protegió mucho. Siempre me cuidó de que no hiciera las cosas que él hacía: que no me fuera a aparcar en la esquina de la cuadra, que no fumara marihuana, que yo no estuviera en vínculos con él.
Pero eso era muy difícil, además porque lo compartimos todo. Y yo me enteraba en la calle de las que cosas que estaban pasando. Así que pensar que algún día lo podían matar era algo que siempre estaba presente.
Al tiempo me enteré de quiénes eran las personas que habían matado a mi hermano. También me enteré cuando los mataron"
La última vez que lo vi fue el mismo día en que lo mataron. Nos vimos en el desayuno y nos despedimos normalmente.
Él terminó de desayunar y me dijo: "Ahora hablamos".
Y le respondí: "Sí, ahorita hablamos". Eso fue lo último que le dije.
Yo me fui a hacer mis cosas. Era 1991 y yo tenía 14 años. Recuerdo que ese día fui al colegio y por la noche me fui a ver un partido de baloncesto entre los Paisas de Antioquia y los Sabios de Caldas y regresé tarde, como a las 10 de la noche.
Cuando entré en la casa, él no había llegado. Y a mí me dio una sensación tan maluca... Me fui al cuarto, saqué una cajetilla de cigarrillos que él tenía guardada en un lugar que solo sabíamos los dos y me fumé uno.
A las 12 de la noche tocaron la puerta. En Medellín, cuando a alguien le tocan la puerta a la medianoche, sabe que algo malo pasó. Era la mamá de un muchacho del combo en el que estaba mi hermano y nos dijo que habían matado a Alquívar.
Su muerte me destruyó algo por dentro.
Durante los días siguientes, sus amigos del combo me buscaban para contarme cómo habían matado mi hermano y quiénes habían sido. Me decían que buscara venganza.
Pero yo no quería saber nada de eso. No solo estaba la profunda tristeza de haber perdido a mi hermano, sino el efecto que vi que eso había tenido con mis padres.
Envejecieron de un día para el otro. Siguieron siendo los mismos padres cariñosos de siempre, pero a partir de ese día perdieron la sonrisa, la alegría de vivir.
Escribir
Con el tiempo, me enteré de quiénes eran las personas que habían matado a mi hermano. También me enteré cuando los mataron.
A pesar de la tragedia decidimos quedarnos a vivir en Aranjuez. Yo sigo viviendo allí y amo el barrio.
En ese entonces era poco lo que leía, pero después terminé estudiando Filosofía y Letras. Ahí me di cuenta de que lo yo quería era contar todas esas historias que había vivido y escuchado en el barrio.
Pero sobre todo, contar la historia de mi hermano.
Y escribí más de 100 cuentos. Todos malos, porque me di cuenta lo difícil que es escribir. Pero un día me encontré escribiendo un relato que se acercaba a lo que yo quería contar y decidí entonces convertirlo en una novela.
La titulé "La cuadra times".
Un día me llamaron para decirme que ese relato se había ganado el Premio Nacional de Novela.Para mí era demasiado importante, porque significaba que escritores de renombre que estaban en el jurado me daban un aval como escritor y apoyaban ese relato sobre el barrio.
Que no era un relato truculento sobre la muerte en Medellín. Era un relato profundo de cómo ese dolor nos había desgarrado como familia.
El día de la premiación asistí con mi madre. Y quise que fuera así, porque era el día más feliz de mi vida a partir de un hecho que había sido sin dudas el peor.
Ahora, cuando han pasado 25 años de la muerte de Pablo Escobar y de mi hermano, creo que lo peor que le pasó a Colombia fue que se "escobarizó".
El tipo fue nefasto. Y lo que hizo fue gravísimo. Fue el único civil que le declaró la guerra al Estado, que creó una "escobarización" de la sociedad donde la gente ve que el único camino es el del dinero fácil, el de una sociedad que dice "usted no sabe quién soy yo" y todo lo resuelve matando.
Que los narcos y los pillos piensen como narcos y pillos me importa un carajo, porque la sociedad los tiene que combatir y son tipos que hacen cosas ilegales.
Lo que me llena de indignación es que la gente del común, es decir la gente que llamamos "buena", haya adoptado esa "escobarización". Y ellos también se comporten como pillos y como narcos".

 

El relato a continuación está basado en el caso real de la muerte del hermano del escritor colombiano Gilmer Mesa por culpa del narcotráfico que se vivía en la década de 1990. 
“Ya nada será igual”
Aranjuez. El barrio donde nació y sigue viviendo Gilmer Mesa. Toda esta historia ocurrió durante su infancia y adolescencia.
Todos en el pueblo se conocían y eso hacía más agradable vivir allí. La pobreza afectaba a todo el barrio pero eso no importa cuando el ser humano es solidario. Siempre se ayudaban los unos a los otros y la familia de Gilmer siempre ayudaba al que lo necesitaba y a su vez ellos eran ayudados. La casa donde vivía su familia era muy precaria, pequeña, hecha de bahareque (es un material que se usaba para construir viviendas, compuesto de cañas o palos entretejidos y unidos con una mezcla de tierra húmeda y paja) y tenía también varios problemas como humedad, goteras, etcétera, pero el cariño presente dentro de su hogar dejaba de lado todos los problemas que tenían para vivir (al menos por un rato). 
Con la gente del barrio se jugaba a la chucha o la mancha (un juego infantil de perseguirse unos a otros), la golosa (la rayuela), pero especialmente al fútbol, que era lo que más les gustaba a todos. Gilmer y sus hermanos pasaban la mayor parte del tiempo libre fuera de su casa jugando estos juegos con los demás, la pasaban muy bien. En Navidad eran todos como una misma familia a la espera del regalo navideño para los niños y niñas. En Halloween sucedía algo parecido cuando los padres acompañaban a sus hijos y juntos pedían dulces en cada casa tocando la puerta. Era muy agradable el barrio para vivir.
En la casa de la familia de Gilmer vivían su padre, su madre, sus dos hermanos y su abuela. En su habitación vivía con Alquívar, su hermano mayor. Eran tal para cual, sabían absolutamente todo del otro y jamás se guardaban secretos, siempre se contaban todo lo que les pasaba. 
No era una época fácil la que les tocó vivir. En Colombia se estaba viviendo una crisis muy grande ya que el narcotráfico controlaba gran parte del país y le había declarado la guerra al Estado. En el pueblo de Aranjuez estaba la base de la banda Los Priscos y era uno de los principales brazos armados del narcotraficante más poderoso de la época, Pablo Escobar, líder del Cartel de Medellín. Es por eso que Alquívar se empezó a meter en la banda “el combo” de la esquina de la cuadra donde vivían. A partir de ahí ya todo empezó a teñirse de negro. Es verdad que ellos se contaban todo pero Alquívar nunca le decía la verdad a Gilmer de lo que él hacía cada noche con la banda. Sí le mostraba su arma que usaba todas las noches. Comenzaba en ese momento a estar presente la incertidumbre de si él iba a volver a su casa o no. Igualmente Gilmer lo conocía tanto que siempre sabía lo que hacía en la banda y además estaban en uno de los epicentros del narcotráfico colombiano. Mientras iba pasando cada vez más el tiempo Gilmer se sentía cada vez más atrapado por el miedo de perder a su hermano más querido. Una noche, antes de que su hermano saliera como de costumbre, le dijo:
Yo no quiero quedarme solo, sin poder confiar en la persona que más confío. La que me conoce más que nadie. El hermano que siempre está cuando lo necesito. Ese a quién necesitas para contarle todo lo que te pasa sin vergüenza. Vamos. Deja ya esa banda y quédate con nosotros. Tenemos mucho miedo por ti últimamente.
 Eso ya lo sé hermanito, pero cuando uno decide meterse en este tipo de cosas ya no hay vuelta atrás. O sigues luchando por tu vida o terminas muerto en un callejón. Quizás no me tendría que haber metido en esto de las drogas, pero me está gustando mucho solo por el simple hecho de que gano más dinero que trabajando de albañil o verdulero. Si le miras el lado positivo, gracias a mí esta familia ya no sufre de falta de comida hace ya mucho tiempo.
Pero para eso está papá que se rompe el lomo todos los días para traer el pan a la casa. Tú eres más joven y no quiero que termines en la nada misma solo por ganar más dinero. Por favor, hazlo por esta familia. Quédate con nosotros.
Ya te he dicho que no puedo, además, si yo dejo de estar con los del combo, tarde o temprano vendrán los de la banda rival a matarme y quizás a ustedes también solo por ser mi familia y no quiero que eso suceda. Quiero protegerlos para que no terminen como puedo terminar yo.
Pero…- Gilmer no terminaba de hablar cuando su hermano ya había abierto la puerta para marcharse.
Ya nada será igual. Por qué esta bazofia del narcotráfico nos toca a nosotros. Él no tiene nada que ver con todo este enorme negocio, solo se unió para hacer algo diferente que trabajar igual que nuestro padre. No quiero perder a la única persona que tanto me conoce. Ojalá que todo esto acabe pronto decía Gilmer dentro de su cabeza con algunas lágrimas en su rostro. Un instante después de este lamento entró su madre preocupada, pero ya sabía por qué estaba así. Se sentó al lado suyo y lo abrazó consolándolo:
A veces la vida no es justa con las buenas personas. Siempre hay que seguir adelante pase lo que pase y esta familia va a seguir adelante pase lo que pase.
“Pase lo que pase” una y otra vez se repetía eso en la cabeza de Gilmer, cada noche antes de irse a dormir y levantándose al día siguiente, por ahora, veía a su hermano durmiendo. Varios meses después ya nada sería igual.
Un día cálido de verano Alquívar, luego del desayuno, se despedía como de costumbre:
Ahora hablamos.- A lo que Gilmer le respondió:
Si, ahorita hablamos.- Sin saber que era lo último que le iba a decir.
Cuando ya había caído la tarde, Alquívar estaba con los del combo a punto de realizar un golpe maestro a la banda rival. Ya tenían todo listo y partieron hacia el lugar donde iban a llevar a cabo la operación. Era bastante cerca el lugar así que fueron en bicicletas de a dos con la cara cubierta para pasar desapercibidos. El lugar a donde iban era un galpón bastante grande, sus paredes estaban bastantes gastadas. Cuando llegaron allí, aparentemente, no había nadie. Se bajaron de las bicicletas y luego entraron al galpón (la puerta de entrada estaba sin candado). Dentro ya, se encontraron con toda la mercadería para traficar sobre varias mesas largas. Alquívar, pensando, se decía: “Esto debe ser una trampa. No puede ser que el galpón esté sin candado y esté toda esta mercadería a simple vista.” Uno de sus compañeros dijo:
Bueno muchachos, hay mucho para robar así que empecemos ya mismo antes de que se enteren de que estamos aquí. ¡No perdamos el tiempo, a trabajar!
Todos aceptaron sin ningún problema, aunque Alquívar no confiaba en que esto saliera a la perfección, ya eran como las 9:30 PM.
Media hora más tarde empezaron a escuchar ruidos de pasos por el entrepiso del galpón. No se veía nada, solo había luces en las mesas donde estaban ellos. Dejaron lo que estaban haciendo y se dieron a la fuga. Habían robado solo la cuarta parte de lo que había sobre las mesas. Los de la banda rival veían como se escapaban velozmente y sabían que si los corrían no iban a poder agarrarlos. Entonces cuando ya estaban los del “combo” yéndose en bici, vieron como los de la otra banda los estaban apuntando con pistolas calibre 9 MM (milímetros). Empezaron a disparar y varios del “combo” resultaron heridos, los que recibían los disparos eran los que iban de acompañantes en las bicicletas. 
Finalmente lograron escapar y ya se habían alejado bastante. Varios minutos después  pararon para descansar y comprobar si estaban todos bien. Había varios heridos pero el que peor estaba era Alquívar. Desangrándose y ya era demasiado tarde para llevarlo a un hospital de Medellín. Tratan de hacerle un torniquete, con una remera de ellos, donde tenía la herida. Pero fue todo en vano y Alquívar ya casi inconsciente alcanzó a decir:
Diganle a mi familia que siempre los voy a querer y recordar por siempre. Especialmente a Gilmersito.
Después de decir eso dejó de respirar y ya no tenía signos vitales. Estaban todos shockeados, inmóviles. Uno alcanzó a lagrimear un poco. Luego de varios minutos sí comenzaron a llorar hasta que uno dijo entre sollozos:
No hay tiempo para lamentos. Hay que primero avisarle a la familia y que ellos decidan qué harán con Alquívar-. Uno llegó a decir:
Yo me encargo, le diré a mi mamá que le avise a la familia de esto. Alguien que me ayude para poder cargar el cuerpo y dejarlo en el jardín de su casa sin que se enteren.

Eran ya las 12 de la noche. Ya habían dejado el cuerpo sin que se enteraran y ya estaba la madre de uno de los del “combo” tocando la puerta. Gilmer super preocupado fue corriendo a abrir la puerta:
Hola Gilmer, ¿tú eres el hermano de Alquívar?
Él dice bastante asustado: - Sí, soy yo.
Debo contarte una terrible noticia. Tu hermano ha muerto esta noche en una pelea entre bandas. Lo lamento mucho. Ya no te molesto más. Adiós.
Gilmer sentía que tenía algo destruído por dentro. Empezó a sentir que algo le faltaba. Luego de cerrar la puerta comenzó a llorar sin hacer demasiado ruido para no despertar al resto de la casa. Ya mañana se enterarían. Él no sabía qué hacer. Si seguir durmiendo, si llamar a la policía o si despertar a los demás. Cuando decide seguir durmiendo ve a través de la ventana una silueta extrañisima. Al acercarse al jardín no podía creer lo que veía. ¡Era el cuerpo de Alquívar! Junto a él había una carta. Esta decía:
“Lamentamos mucho lo de tu hermano. También era como un hermano para nosotros. Se lo va a extrañar mucho. Esperamos que se cuiden mucho de ahora en más y por favor no sigas el camino que seguimos nosotros. Haz lo que te gusta hacer y jamás te rindas. Ya nada será igual.
Saludos, el Combo.”
Gilmer ya no sabía ni cómo se mantenía en pie. Dejó todo como estaba y se fue a dormir con una sensación de vacío por dentro.
Al día siguiente el resto de la familia se enteró de la terrible noticia y la casa era un mar de lágrimas. Decidieron enterrarlo en un cementerio cerca de allí como corresponde. Se podía ver cómo los padres de Gilmer envejecían más de lo normal de un día para el otro.
Varios días después de este terrible suceso los amigos de Alquívar del “combo” fueron a su casa a decirle que cobrara venganza. Que esto no puede terminar así. Gilmer ya no quería saber más nada al respecto. Cerró la puerta y se fue a su pieza. Cuando llegó se sentó sobre la cama y comenzó a divagar:
Al parecer la vida sí es injusta eh. Siempre dicen que cuando uno cae siempre se tiene que levantar, pero no creo que esta vez sea así. Perdí a mi hermano, a mi alma gemela. No soy el mismo desde que él se fue físicamente de aquí. Al menos sé que está mirándome desde el cielo o desde quién sabe dónde. De aquí en más estará presente espiritualmente para protegerme y estar siempre al lado mío aunque ya no pueda verlo. La verdad no sé cómo me siento. Tengo una tormenta de emociones en mí, de aquí en más voy a ser otro yo. A partir de ahora volví a nacer, debo empezar una nueva vida y me costará años adaptarme a ella…
Suspira:
Bueno. Empecemos.


Epílogo

Cuando le ocurrió esto a Gilmer Mesa tenía solamente 14 años. Sucedió en el año 1991.
Después de la muerte de su hermano estudió  Filosofía y Letras. Así es como comenzó a escribir todas las historias que había vivido y escuchado en el barrio. Es así como escribió y publicó la novela “La Cuadra”. Fue premiada con el Premio Nacional de Novela entre otros premios. 

 

 

 

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