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La tragedia que separó familias. Un viaje rutinario que terminó en tragedia

por Santiago Monasterio

Prólogo

Esta historia sucede el 22 de Febrero del año 2012, en la última escala de la línea Sarmiento, la estación Once, en la cual debido a una falla humana sucedió un accidente ferroviario que terminó en una tragedia. Este accidente se dio lugar a las 8:33 de la mañana y tuvo como consecuencia 51 muertos y una gran suma de heridos. Todo esto sucede ya que el tren no se pudo detener y terminó colisionando contra el paragolpe de contención.
  En este texto contaremos la historia de Marcos Rodríguez y su hija, Lucía, que protagonizan este acontecimiento fatal que sucedió. Ambos con una gran afinidad y amor entre ellos. Tendrán un gran fin de semana hasta que ocurra la tragedia.

 


Era Viernes por la tarde, Marcos Rodríguez un hombre trabajador, de un gran carácter, pertenecía al sector de clase baja de la sociedad pero nunca dejó de luchar por llevarle un plato de comida a su hija, Lucía. Ella tenía 8 recién cumplidos y era muy astuta para su edad, una de sus principales características era su felicidad y su facilidad para sacarte una sonrisa. Este fin de semana le tocaba la tenencia a él de su hija, ya que estaba separado de su pareja y habían arreglado que la llevaría a visitar a su familia que vivía en un pueblo llamado Arturo Vatteone, provincia de Buenos Aires.
Se acercaban las 6 de la tarde cuando terminaba de armar las valijas y suena el timbre de mi casa ubicada en la ciudad de Moreno. Era mi papá que había arreglado para pasarnos a buscar y llevarnos a mí y a Lucía hasta su casa, para pasar el fin de semana largo por carnaval con nuestra familia.
  Luego de un fin de semana relajado con la familia, Marcos decidió volver a su casa el martes por la tarde, su padre los devolvería a su hogar a él y a su hija, por lo que no querían que se les hiciera de noche, ya que al otro día Lucía empezaba el colegio y tenían un viaje de unas 6 horas aproximadamente. Como todos los años la vuelta fue un caos, mucho tráfico en la ruta 5, por lo que tuvieron un viaje de casi 9 horas. Lucía se lo tomó con calma y como todos los jóvenes hacen no se enteró de nada y pudo dormirse, pero Marcos iba situado en el asiento de adelante haciéndole la segunda a su viejo para que el viaje sea más llevadero.
 Llegada la una de la mañana, logran llegar a su casa, Marcos le ofrece a su padre quedarse a pasar la noche en su casa para que pueda descansar luego de su largo viaje, pero él la rechaza y decide volverse esa misma noche para Arturo Vatteone, se saludan y su padre parte para su hogar. Marcos, muy cansado,     pone su despertador a las 6:00 a.m y se desploma en su cama.
  Miércoles 6:00 a.m. suena la alarma, pero Marcos sigue durmiendo, vuelve a sonar 10 minutos más tarde y es cuando la escucha su hija y se levanta, ansiosa por su primer día de clases en segundo grado, va hacia el cuarto de su padre y lo levanta con un abrazo diciéndole que tiene que despertarse para no llegar tarde al colegio, ya que era muy responsable y no quería quedar mal con sus compañeros y sus nuevos profesores.
   Marcos se despierta, toma su café de todas las mañanas, le prepara el uniforme a su hija y salen caminando para la estación de tren situada en Moreno, más tarde de lo habitual. Cuando estaban a una cuadra de la estación, ven que el tren estaba por salir y Lucía, contenta, le dice de jugar una carrera a su padre hasta la estación para ver si llegan a tomarlo, pero Justo antes de pasar los molinetes se cierran las puertas, por lo que les toca esperar al siguiente. 
   La espera se hace larga, Marcos y Lucía deciden entrar al tren en la parte de adelante ya que es la que los deja más cerca del colegio, y esperan a que el piloto tenga la señal de empezar el viaje. El vagón se va completando, también se empiezan a ver los vendedores ambulantes, por lo que Marcos decide regalarle a su hija una lapicera por su inicio de año escolar. Pasados 5 minutos el tren empieza su recorrido normal.
  En la primera estación, Marcos escucha un ruido raro cuando el tren frenaba, pero nada de qué preocuparse, ya que es normal que no estuvieran mantenidos del todo. Aunque él también escuchó cómo el motorman se quejó de que los frenos no estaban correctamente funcionando.
  Faltando 2 estaciones para llegar al destino, Lucía empieza a tener malos presentimientos, Marcos lo notó y le preguntó si le pasaba algo. Ella respondió que estaba todo bien, pero que tenía algunos dolores y no se sentía del todo bien. Su padre le dijo que era por los nervios de su primer día de colegio y que no le diese tanta importancia, aunque él se quedó preocupado.
  Ya arribando a la estación, Lucía, a quien le gustaba viajar del lado de la ventana, comienza a ver que el tren no reduce la velocidad, su padre se percata, y la empieza a tranquilizar, se arma descontrol total en los primeros vagones, gritos, gente llorando, Marcos abraza a su hija y le dice que todo va a estar bien. La gente que estaba en el andén abandona la zona al ver que el tren no frenaba. 
  El motorman no pudo frenar, el tren colisionó con el paragolpes de contención, por dentro de los primeros vagones se escuchó como si algo hubiese explotado y estallaron los vidrios, Marcos quedó abrazado a Lucía y con un montón de cuerpos encima. Desesperado y llorando empezó a hablarle para que conteste, pero no daba señales. Se empezaron a escuchar sirenas de ambulancia y ruidos de helicópteros.
 La gente que estaba en la estación, aterrorizada, trataba de ayudarnos para salir y que los médicos actúen con mayor rapidez, mientras me sentía confundido y triste por lo sucedido con mi hija, lo más importante de mi vida.
 Cuando lograron entrar al vagón, los médicos me separaron de mi hija, yo no muy consciente de lo que me hacían, gritaba que quería ver a mi hija, todos tratando de tranquilizarnos a las víctimas que nos llevaban en camillas al andén.
   Los conocidos y familiares de las víctimas iban llegando al lugar de la tragedia. Ahí fue cuando llegó desesperada la madre de Lucía, que encontró a Marcos y le empezó a preguntar dónde se hallaba su hija. Él le indicó el segundo vagón, pero la policía ya había establecido el perímetro y no se podía pasar. Clara, la madre de Lucía, decidió acompañarlo a Marcos al hospital, para que él se recuperara, pero nada iba a ser suficiente para tapar el vacío enorme que les dejó este accidente.

Epílogo: La tragedia de once dejó 51 muertos y casi 800 heridos. Se supo que el accidente fue por una falla humana y nunca se pudo tener conocimiento de si los frenos no funcionaron. De esto hay evidencia de un video que muestra que en las estaciones previas sí funcionaron correctamente.
Este caso fue llevado con acciones legales y fue juzgado en dos juicios orales llamados Once I y Once II en los que se trató contra distintos acusados.
También se dice que este suceso está relacionado con la política, debido a que, la mayoría de los peritos estaban de acuerdo en que los frenos funcionaban correctamente menos el perito Brito, que quiso comprobar que el accidente se produjo por el no funcionamiento de los frenos y el juez a cargo trató a los demás peritos de conspirar contra el motorman y los acusó de querer responsabilizarlo por los hechos ocurridos. También se realizaron acusaciones a la empresa TBA y a la CNRT por el pésimo estado de los vagones y a la presidenta en ese entonces, Cristina Fernández, por la pésima administración que realizó.
  De los 789 heridos muchos se recuperaron, pero tuvieron varias consecuencias a lo largo de su vida, ya sean problemas físicos como amputaciones de extremidades o problemas psicológicos, como traumas.

 

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